Amenazas:
A pesar de que parece que la población tiene a aumentar, las amenazas siguen siendo muy importantes:
- La recuperación de osas reproductoras es lenta.
- Existe falta de conexión entre subpoblaciones y los consecuentes riesgos de la baja diversidad genética (Palomero et al., 2006).
- Mortalidad asociada al hombre por disparos y lazos de acero ilegales (aunque esta parece estar disminuyendo).
- Muy importantes son las molestias y la pérdida de hábitat (Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza, 1999).
- Construcciones de nuevas infraestructuras viarias a pesar de que toda su
área de distribución está incorporada a la red Natura 2000 y de que se
está avanzado en el proceso de incorporación a las redes autonómicas de
Espacios Naturales Protegidos.
- En poblaciones muy pequeñas, incluso problemas aleatorios y
imprevisibles de la naturaleza pueden poner en peligro a la población.
Para ello se toman una serie de medidas de conservación:
En España está protegido desde 1973 y las comunidades autónomas están
obligadas por tanto a elaborar y aprobar Planes de Recuperación.
En el
Pirineo sólo Navarra ha aprobado su Plan de Recuperación en
1996, pero a lo largo de 2006, se viene elaborando la Estrategia para la
conservación del oso pardo en los Pirineos.
El Ministerio de Medio Ambiente aprobó en 1999 la Estrategia para la
conservación del oso pardo cantábrico para reducir la mortalidad no
natural, conservar y mejorar el hábitat, asegurar la conectividad entre
poblaciones y núcleos de población y garantizar el apoyo público a su
conservación.
Numerosas Administraciones y ONGs especializadas han desarrollado
medidas de conservación fundamentales para invertir la tendencia
negativa y consolidar el crecimiento demográfico.
La explotación de las montañas para uso turístico no sostenible e
incompatible con la presencia del oso, (como estaciones de esquí),
deberían sustituirse por proyectos de desarrollo socioeconómico
compatibles con los valores naturales y la conservación del oso.
Los daños ocasionados por osos en los colmenares y en la ganadería,
sobre todo de ovino, son indemnizados por todas las administraciones
autonómicas concernidas.
La conservación de los grandes carnívoros además necesita de un apoyo
social, que en el caso del oso pardo en la Cordillera Cantábrica es
elevado, mientras que en los Pirineos es un problema insuficientemente
resuelto, por lo que deben incrementarse las medidas de educación y
participación pública en este aspecto.
Con todas estas medidas se conseguirá que el oso pardo ibérico tenga un hábitat cuidado y se nivele el número de ejemplares.